Que vienen los indios!


He estado varias veces en aldeas indígenas, unos son muy civilizados e incluso los hay que van a la universidad, mientras que otros sólo conocen la selva y tienen poco contactos con la gente “civilizada” .

De hecho, hay algunos poblados donde no conocen el portugués y otros donde sólo algunos los parlotean y es difícil entenderse con ellos.
Hace más de quince años me topé con una tribu que, al verme, salieron en mi buscas con sus lanzas, muy agresivos. Yo tuve la genial idea de ponerme de rodillas y levantar los brazos, dejando el machete en el suelo.

Ellos se fueron acercando lentamente. Y después empezaron a darme tirones de los pelos (por entonces yo tenía pelos). Hasta que cansado dije "basta!" y me levanté.

Ellos se apartaron un poco y siguieron observándome. Sería más de medio día y lo que quería era alejarme de allí.
Un viejo se me acercó e hizo ademán para que le acompañara. Le seguí. Nos sentamos en el suelo y él se puso a hablar. Ni idea de lo que decía. Yo, por si acaso, recuerdo que, de vez en cuando, afirmaba con la cabeza. Me ofrecieron pescado para comer. Comí.
Me alejé un poco del poblado y até mi red. Colgué alta la mochila grande. Mientras que la otra la dejé colgada junto con la red.
Un poco después me hicieron que siguiera a un grupo que iba a cazar. Salimos, andamos unos quince o veinte minutos y empezaron a mirar los árboles. Llevaban cerbatanas y lanzas. Aunque íbamos bien juntos, de repente, por arte de magia, desaparecieron.


No se donde se metieron. Yo me sentí perdido y enpecé a llamarlos, primero bajito y después más fuerte para saber donde estaban. Uno estaba a mi lado y me hizo señal de que me callara. Pero donde estaba este indio?. Si no lo veía!. Y de nuevo desapareció.
Miraba a mi alrededor sin hacer ruido. No veía a ninguno. Sonaron los vientos de las cerbatanas, unos gritos de macacos y dos o tres de ellos cayeron.


Los indios de nuevo aparecieron. Uno subió a un árbol a recoger uno que se había quedado enredado; daba la impresión que subir a uno de esos árboles era la cosa más simple del mundo.



Regresamos muy rápido. La caza no duró más de una hora y media, incluyendo el viaje de ida y vuelta.
Cuando llegué donde tenía la red, vi que habían estado cogiendo cosas de mi mochila chica. Empecé a ver quien las tenia y a ir cogiendo mis cosas. La mayor parte lo tenían los niños, pero también las mujeres. Y para quitarles de las manos lo que me habían cogido de la mochila, se resistían. Al final conseguí recoger casi todo lo que me quitaron.

A la mañana siguiente, serian las cuatro, me fui antes que ellos se levantaran. Y eso que no se veía nada. Pero presentía que era mejor salir de allí.
Me dí cuenta de lo que significa la palabra "salvaje". Pero después entendí que ellos no tenían cosas personales, es decir, lo que es de uno es de todo.


Foto de pinturas rupestres indígenas.

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