Pirañas, esos peces glotones! .


Hay muchas historias de pirañas. En casi cualquier comunidad que esté a la vera de un río o lago, tienen muchas historias de estos peces.
Puedo decir que cuando las hay, pescarla es realmente fácil, sólo es lanzar un anzuelo con un poco de carne y ya tienes una. Pero tienes que tener la precaución de romperle la mandíbula rápidamente porque si no lo haces corres el riesgo que recibas un buen bocado. Y tienen unos dientes muy afilados.
Hace unos meses me mordió una en el dedo y se llevó un cacho de carne y la herida no dejaba de sangrar. Aun tengo la huella.
Son peces que están muy sabroso asados e incluso cocido. Bueno, todos los peces que he probado de estos ríos son ricos de verdad, no tienen nada que ver con los peces de nuestros ríos. Y habré experimentado unas decenas, o más, de especies.
Cuando he permanecido en la selva, he tomado baño en ríos y remanso siempre que podido y nunca me ha acontecido ningún incidente con las pirañas, a pesar que en algunos sitios estuviese infectados de ellas. Claro que siempre lo he hecho sin herida alguna, que es cuando atacan. Y también decir que he llegado a pescar pirañas rojas de mas de 40 centímetros. No son esas pequeñas que hemos visto en las películas, sino pirañas grandes, con una buena mandíbula, por no hablar de lo afilado que tienen los dientes.
También he cruzado pequeños ríos y lagunas sin incidente con estos peces.

Devoran a un niño.
En una comunidad me contaron que, hacía sólo unos meses, una familia, comenzó a atravesar una pequeña laguna de poca profundidad que formaba un río. Ocurrió que uno de sus hijos fue atacado por las pirañas.
Pidió ayuda y los padres y hermanos tuvieron que correr a la orilla al ver que se trataban de pirañas.
Según cuentan, fue devorado en segundos. Los aldeanos que vieron la tragedia lo cuentan también con resignación de no haber podido hacer nada.
Podéis imaginaros la impotencia de los padres al no poder hacer nada por su hijo e incluso tenerse que ponerse ellos a salvo y dejar a su hijo en esa situación. También algunos de ellos sufrieron alguna que otra mordedura.
Esta historia la contaba el abuelo del niño atacado mientras que otros que estuvieron presentes afirmaban, de cuando en cuando, con la cabeza. Y mientras relataba la historia paraba un momento para aguantarse la emoción y no llorar delante de los que la escuchábamos.

Si bebes no te bañes!
Hace sólo dos meses, en un lago del río Amazonas, una noche, unos cuantos que estaban bebiendo fueron a tomar un baño.
Uno que estaba muy bebido, según cuentan, empezó a sangrar por la nariz. Y, estando en el agua, comenzó a limpiarse la sangre. En segundos fue atacado por las pirañas y devorado. Los demás, salieron del agua, pues no hay nada que se pueda hacer cuando alguien es atacado por pirañas. Acercarse es exponerse a ser también devorado con seguridad.


La foto no es de piraña, sino de pacú, y es que no tengo ninguna de piraña.

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